<p>¿Por qué tenemos la mala costumbre de pensar siempre lo peor en situaciones del ámbito profesional?</p>
<p>En mi opinión, y en mi caso, creo que tenemos pasión por lo que hacemos. Nos gusta, disfrutamos y buscamos la perfección. Somos críticos, y aunque a veces se enmascare con malos modales, la intención no es de crítica al trabajo ajeno, es simple y llanamente la frustración de no tener acceso o tiempo para poder mejorar lo que vemos. Igual es una justificación personal en mi caso a mi mala leche o impertinencia. No lo niego.</p>
<p>Domar ese instinto, ese disparador en nuestra mente que se activa automáticamente cuando sientes (aunque no sepas por qué) que hay algo que no está bien, es un proceso de aprendizaje que cuesta mucho domar. </p>
<p>Esta doma la enmarcaría como la diferencia entre ser un profesional (y me refiero a los profesionales con pasión), a ser una persona que la pagan por realizar uno de sus mayores hobbies.</p>
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